26 de enero de 2019/ Naciones Unidas / Nueva York, Nueva York
SECRETARIO POMPEO: Buenos días. En nombre del presidente Trump y del pueblo de Estados Unidos quisiera primero agradecer al ministro de Relaciones Exteriores Miguel Vargas de la República Dominicana, actual presidente del Consejo de Seguridad, por haber convocado a esta reunión. Mi ex-colega, la embajadora Haley, estuvo durante un año cabildeando para que el consejo discutiera el asunto de Venezuela, pero sus esfuerzos fueron en vano. Esta reunión debió haberse llevado a cabo hace mucho tiempo, y todos ustedes saben por qué.
Miren el caso de Carlos Aquino, un trabajador de la construcción de 37 años de edad, llorando frente al pequeño ataúd de su pequeño hijo que murió de hambre. Tales escenas de miseria son ahora normales en la Venezuela de Nicolás Maduro en donde millones de niños están sufriendo de desnutrición e inanición gracias al experimento socialista que ha causado el colapso de la economía. Esta miseria humana no es un secreto. Historias como
ésta están bien documentadas por la prensa y casos como los de Carlos se pueden leer todos los días. Personas como él son la razón por la que Estados Unidos ha convocado esta reunión.
Estamos aquí porque Maduro ha reducido al pueblo venezolano que una vez vivió en prosperidad a tener que escarbar los basureros en busca de algo para comer. Estamos aquí porque montones de mujeres venezolanas, algunas de ellas adolescentes, han huido de la locura de Maduro a otros países y, en su desesperación, han tenido que recurrir a la
prostitución para sobrevivir. Estamos aquí por mujeres como María Vielma, una psicóloga escolar que en medio del llanto dijo “Tenemos un gobierno dedicado a destruir, no construir”. Otro hombre, un agricultor llamado Vladimir Sequera, con solamente sexto grado de educación pero con la esperanza de que su hija adoptiva Gabriela pudiera cumplir su sueño de ser abogada, la escucha ahora decir “Nos han robado nuestro futuro”. Ese futuro, el de ella y de todos los venezolanos no desapareció por sí mismo como por arte de magia. Fueron las políticas fallidas, la opresión y la corrupción las que se robaron ese futuro.
Estados Unidos está ayudando a que los venezolanos recuperen un futuro más prometedor. Estamos aquí para urgir a todos las naciones a que apoyen las aspiraciones democráticas del pueblo venezolano en sus esfuerzos para liberarse del estado mafioso e ilegítimo del expresidente Maduro. La situación humanitaria demanda acción inmediata hoy mismo. Hoy día, nueve de cada diez ciudadanos viven en la pobreza. Millones no tienen acceso a agua potable y alimentos. Tres de cada cuatro hospitales han sido abandonados. Tres millones de venezolanos han sido forzados ha
huir de su tierra inundando la región y amenazando la paz y la seguridad internacionales. Las prisiones de Maduro están llenas de prisioneros políticos injustamente encarcelados mientras que en las tumbas yacen disidentes y manifestantes asesinados por este régimen.
Quisiera hablarles solamente de uno de ellos, uno de los concejales de la ciudad de Caracas llamado Fernando Albán. Hace solamente cuatro meses vino a esta ciudad para reunirse con los representantes del mundo durante la Asamblea General anual de las Naciones Unidas, para hablarles de los fracasos del régimen de Maduro y acerca de sus esperanzas para un futuro más democrático y próspero para su país. Después de ello regresó a su país, al país que él amaba. La policía secreta de Maduro lo arrestó
tan pronto aterrizó en el aeropuerto y a los tres días murió mientras estaba bajo su custodia, sin que las patéticas explicaciones de su muerte hayan convencido absolutamente a nadie.
Es tiempo de respaldar al pueblo venezolano, de reconocer al nuevo gobierno democrático liderado por el presidente interino Guaidó, y terminar con esta pesadilla. Sin excusas. Estados Unidos apoya al pueblo venezolano. Hasta el momento, otros países han decidido hacer
lo mismo y ellos también han reconocido al gobierno legítimo del presidente interino Guaidó. Estados Unidos se une orgullosamente con ustedes para juntos apoyar a Venezuela. Ustedes sabían que el pueblo venezolano no tenía un minuto que perder. Y ahora es el momento para que cada nación elija. No más retrasos, no más tretas. O están con las fuerzas de la libertad o están aliados con Maduro y su caos.
Algunos países han anunciado públicamente su apoyo al ex-presidente Maduro. China, Rusia, Siria e Irán son solamente cuatro de ellos. Solo esta mañana intentamos encontrar la manera de que este consejo declarara unánimemente su apoyo al pueblo venezolano y a los ideales democráticos mediante una declaración del presidente del consejo, pero nuestros colegas rusos y chinos se opusieron. No es una sorpresa que aquellos que gobiernan sin democracia en sus propios países estén intentando fortalecer al gobierno de Maduro en momentos en que enfrenta graves apuros.
Estos países tampoco están defendiendo normas internacionales como cínicamente claman. China y Rusia están fortaleciendo a un régimen fallido con la esperanza de recuperar miles de millones de dólares en mal concebidas inversiones y asistencia realizadas a lo largo de los años.
Este dinero nunca tuvo el propósito de ayudar al pueblo venezolano, sino que fue a parar a los bolsillos del régimen de Maduro, sus compinches y benefactores. Pero ningún régimen ha hecho más para mantener la condición de pesadilla del pueblo venezolano que el régimen de La Habana.
Por años, los matones de seguridad e inteligencia cubanos, invitados a Venezuela por el mismo Maduro y su entorno, han apoyado a este régimen
ilegítimo. Ellos han entrenado a los secuaces de seguridad e inteligencia de Maduro en las peores prácticas de Cuba. Hasta los encargados de la seguridad personal del ex-presidente Maduro los provee el Ministerio del Interior de Cuba. Los miembros de este consejo frecuentemente utilizan
sus micrófonos para condenar la interferencia extranjera en asuntos internos. Seamos sumamente claros: la potencia extranjera que actualmente está interviniendo en Venezuela es Cuba. Cuba ha empeorado directamente la situación y Estados Unidos y sus aliados son los verdaderos amigos
del pueblo venezolano.
El miércoles, el pueblo venezolano decidió recuperar su país en el aniversario del día en que el dictador Marcos Jiménez Pérez fue depuesto en 1958. Pedimos a los venezolanos que trabajen juntos para restablecer pacíficamente el gobierno constitucional y restituyan un sendero de seguridad, democracia y prosperidad al país. Con informes de manifestantes venezolanos asesinados o heridos, también volvemos a insistir en que
los servicios de seguridad de Venezuela actúen con moderación.
Quisiera ser absolutamente claro: el presidente Trump y yo esperamos que nuestros diplomáticos continúen recibiendo las protecciones provistas por la Convención de Viena. No ponga a prueba a Estados Unidos en nuestra determinación de proteger a nuestra propia gente.
Esperamos que la comunidad internacional apoye al pueblo de Venezuela y al gobierno de transición liderado por Juan Guaidó. El 23 de enero, Guaidó se declaró presidente interino de Venezuela en conformidad con la propia constitución de Venezuela. Hizo este anuncio con el apoyo total de la Asamblea Nacional y del pueblo venezolano. Nuestras naciones deben defender el estado de derecho y apoyar al líder que el pueblo venezolano ha declarado como su presidente interino legítimo. Es nuestra esperanza que se lleven a cabo elecciones libres y justas tan pronto como sea posible.
El presidente Kennedy en 1961 habló en Caracas y dijo “Seremos socios en la construcción de una vida mejor para nuestros pueblos”. La ambición de los Estados Unidos de América no ha cambiado desde ese día. Apoyamos al
pueblo venezolano en sus esfuerzos de construir una vida mejor para ellos mismos y no podemos ignorar el sufrimiento ni la tiranía que aflige a esa orgullosa nación. Tampoco deberían hacerlo otros países a quienes les importa la libertad y la prosperidad. Hoy pedimos a los miembros del Consejo de Seguridad que apoyen la transición democrática de
Venezuela y el rol que el presidente interino Guaidó tiene en la misma.
Gracias.
Esta traducción se proporciona como una cortesía y únicamente debe considerarse fidedigna la fuente original en inglés.
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